• Mi propósito

    Hace días que pienso mucho sobre mi propósito, que quise convertirlo en mi trabajo, pero hay algo que no acaba de funcionar.

    Cuando te lo pasas mal en la vida y acabas saliendo de ese pozo, te surge la “necesidad” de ayudar a los demás.

    Primero porque piensas que me hubiera gustado encontrar a alguien que me ayudara, segundo porque no quieres que nadie pase por esas cosas que tanto duelen.

    Te enfocas en formarte, en intentar acallar al síndrome del impostor y en alejarte de las personas que no parecen comprenderte.

    Pero creo que el tiempo es un gran maestro, junto con la soledad y Dios, porque aprendes a que eso que quieres evitarles a las personas son cosas que en realidad necesitan vivir para aprender, igual que aprendí lo mío y sigo haciéndolo.

    Además, yo no soy nadie que sepa más que esos tres grandes maestros y, por tanto, mi ayuda es infinitamente más pequeña.

    Y tengo que ser honesta, porque el ego nos pone muchas trampas, mientras estoy “ayudando” a alguien, yo no me tengo que ocupar de mí, ni miro mis heridas, muchas de las cuales todavía siguen abiertas.

    El ego nos quiere cobardes :).

    Pero volviendo al punto, no me gusta la palabra “coach”, ni “mentor”, porque de verdad lo pienso, creo que no existe mejor experiencia que parar un momento para acallar al ego, poder escuchar a Dios y que tu alma te guíe.

    No necesitamos más voces externas que nos digan qué debemos hacer, pensar o sentir.

    No, en realidad, todo lo que necesitamos está en nuestro corazón, solo debemos darle la oportunidad de hablar.

    Porque estos días me he dado cuenta de que Dios me conoce mejor que yo misma y sabe lo que es lo mejor para mí, solo debo dejarle el control a él, confiar y aceptar lo que sea, me duela o no.

    Por eso, yo como mucho puedo acompañar a alguien que quiera salir de cualquiera de esos pozos, o quiera mejorar en su vida, que sienta que hay alguien que intenta comprenderle, pero nunca pretendiendo arrebatar el lugar de Dios o de su propia alma.

    Por eso, a partir de ahora, intentaré que todas mis palabras sean solo una simple manifestación de mis emociones o pensamientos, no con el fin de aconsejar a nadie, sino simplemente de compartir lo que piensa o siente un simple ser humano como lo soy yo.

  • “La Dualidad de las Reuniones Navideñas: Cómo Impactan en tu Salud Mental”

    En esta temporada festiva, las reuniones navideñas se convierten en el corazón de la celebración. Sin embargo, detrás de las luces brillantes y las risas contagiosas, a menudo se esconde una dualidad que puede afectar nuestra salud mental. Vamos a explorar cómo estos encuentros, llenos de alegría, pero también de desafíos, pueden impactar nuestra salud emocional y cómo podemos abordarlos de manera consciente.

    Las reuniones navideñas son un crisol de emociones, donde se mezcla la alegría de la temporada con desafíos emocionales únicos. Mientras buscamos la conexión y la celebración, es esencial reconocer cómo estas reuniones pueden afectar nuestra salud mental y encontrar estrategias para equilibrar el bienestar emocional.

    Pueden reabrirse viejas heridas que creíamos que teníamos curadas, pero está en nuestra mano vivir estos momentos de forma consciente para poderlos gestionar de forma más amorosa con nosotros mismos y con los demás.

    Las expectativas elevadas durante las festividades pueden generar una carga emocional significativa. Ya sea la presión de crear la “perfección” en la mesa o la ansiedad social al encontrarse con familiares y amigos con los que quizás no sueles tener tanto contacto, estas expectativas pueden intensificar el estrés y afectar negativamente la salud mental. Es fundamental reconocer que la perfección no es el objetivo y que la autenticidad y la conexión son lo que realmente importa.

    Las fiestas nos “obligan” a ser correctos, a forzar sonrisas o a callar cosas que nos gustaría decir, pero es ahí cuando podemos vivir situaciones que no nos gustan desde otra perspectiva.

    Necesitarás poner en práctica todas las herramientas que conozcas para lidiar con situaciones que quizás no te apetece vivir, puedes prepararte anteriormente haciendo consciente qué diálogo interno escoges.

    Si vas pensando que todo irá mal muy probablemente sea así, por tanto, intenta ir con buena actitud y predisposición, si eres capaz de no tomarte las cosas de forma personal, no te van a herir cosas que seguro tocan viejas heridas.

    No puedes cambiar a nadie, pero sí puedes cambiar qué significado le das a las cosas.

    Paradójicamente, en medio de las multitudes y la festividad, las reuniones navideñas pueden intensificar sentimientos de soledad. Aquellos que enfrentan pérdidas, distancias geográficas o relaciones complicadas pueden experimentar una sensación aguda de aislamiento. Reconocer estos sentimientos y buscar apoyo son pasos cruciales para cuidar nuestra salud mental durante esta temporada.

    La clave para mantener una salud mental sólida en estas reuniones radica en abordar los desafíos de manera consciente. Establecer límites saludables, practicar el autocuidado y, cuando sea necesario, buscar apoyo profesional, son estrategias efectivas para gestionar el estrés y la ansiedad que pueden surgir durante las festividades.

    Compartir tu tiempo con los demás es sano cuando te permites también tiempo para ti mismo/a.

    A pesar de los desafíos, las reuniones navideñas ofrecen oportunidades únicas para la conexión auténtica. Priorizar conversaciones significativas, compartir momentos genuinos y enfocarse en la gratitud pueden transformar estas reuniones en experiencias enriquecedoras para la salud mental.

    En última instancia, las reuniones navideñas son un reflejo de la complejidad humana: una mezcla de alegría y desafíos. Al abordar conscientemente los aspectos emocionales, podemos transformar estas celebraciones en oportunidades para el crecimiento personal y la conexión genuina.

  • ¿Qué pasa cuando no te quieres?

    ¿Qué pasa cuando no te quieres?

    . Esperas que alguien llene tus vacíos.
    . Justificas que no te traten bien porque crees que no te mereces nada mejor.
    . Permites cosas que no permitirías ni a tu peor enemigo.
    . Inconscientemente, te castigas (a través de las adicciones) porque crees que no eres suficiente.

    ¿Cómo hacer para quererte mejor?

    . Aceptar tus vacíos y tus heridas, porque nadie es perfecto y es a través del dolor que comprendemos al amor.
    . Conectar con tu niño/a interior y mirarle a los ojos para entender que sí se merece lo mejor, porque ningún niño se merece que lo traten mal, NUNCA.
    . Conocerte lo suficiente para aceptar que tú no eres tu propio enemigo y, por tanto, no vas a permitir que nadie te trate como tal.
    . Nacemos inocentes, perdonarse es el primer paso de la propia salvación.

    Y cuando tengas esos pilares integrados en tu vida, DECIDIR convertirte cada día un poquito más, en una mejor versión de ti, sencillamente porque te amas, porque eso es lo que les deseas a las personas que amas.

  • Tu vida es la única que realmente necesita un compromiso real.

    Hace años estuve muy mal, día sí, día también mi idea era acabar con mi vida porque estaba en una situación de la que creía, no había salida.

    Esta situación me acompañó durante muchos años y junto con mi falta absoluta de autoestima y una tristeza crónica hizo que no creyera en mí ni que me mereciera nada bueno.

    Siempre digo que una situación dolorosa sostenida en el tiempo es mucho más difícil de solucionar, pero no imposible, y esa luz junto con la de mis hijos fue la que me ayudó a salir de ahí.

    Cuando sales de ese pozo te das cuenta de la oscuridad de la que estabas rodeada, pero mientras estás ahí tú crees que eso es lo único que mereces.

    En mi camino de crecimiento personal no pude optar a ningún tipo de acompañamiento, a excepción de 3 sesiones de una hora exacta, que hice con una compañera de trabajo que me las cobró un poco más baratas de lo normal, pero para mí era imposible de asumir en ese tiempo, así que mi sanación ha sido y sigue siendo autodidacta, aparte de las formaciones que hago para ofrecer a mis clientas.

    Desde que empecé esto quise tener precios asequibles porque siempre he dicho que quería ser la persona que me hubiera gustado encontrar cuando yo tanto necesité a una, sin importar la duración de la sesión, con acompañamiento entre sesiones, siendo empática y sin juicios más que el de una mera opinión para ofrecer otro punto de vista, con deberes para poner en práctica las palabras, ya que sin práctica no sirven de nada.

    Ya lo dicen, si quieres llegar lejos ve acompañado y yo quería alejarme todo lo posible de ese pozo.

    Pero durante todo este tiempo, me he encontrado personas buenas y que valoran su trabajo y el mío, pero otras, en cambio, me han llegado a pedir dinero a mí sin haberme pagado nunca, no se han presentado a las sesiones, me han escrito en fin de año sin decir tan siquiera hola ni gracias, se comprometen y luego desaparecen, me llaman a horas intempestivas…

    Así que sí, he subido los precios, porque para mí SÍ es IMPORTANTE la salud emocional y mental, porque es la que ME SALVÓ LA VIDA y no voy a trabajar con personas que realmente no estén comprometidas con ellas mismas de ninguna forma. Gracias.

    #respeto